Haz lo que te vibra
Escucha a tu alma. Haz lo que te vibra y aquello que te da la vida.
Cuando tu corazón late más deprisa, lleno de júbilo y alegría, escúchalo, siéntelo,… siéntete…
Si lo que te dice te aporta paz, vida y alegría, es ahí hacia donde te has de dirigir.
Si te vibra, ¡hazlo!